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La Fundación SM lleva el informe de la UNESCO a la Universidad de León
La Facultad de Educación de la Universidad de León ha acogido la presentación del informe de la UNESCO ‘Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación’, que se publica cada cuarto de siglo.
El informe de la UNESCO, que ha sido publicado en castellano por la Fundación SM, reúne el parecer de más de un millón de personas de 45 países a través de un proceso de consulta global. Este análisis, que se publica cada 20 años, sirve como pauta para marcar la tendencia educativa global en todo el mundo.
El informe ha contado con la participación de casi un millón de personas, a través de una gran conversación mundial, con especialistas de 45 países. Frente a los grandes retos de la humanidad, la educación debe responder a los principales desafíos, señala el documento. El texto ofrece prospectiva, no cifras concretas, sobre cinco ejes de transformación para el futuro: pedadogía, escuela, currículo, equipos docentes y hábitat digital. Para cada uno de estos ejes se abordan una serie de recomendaciones.
La presentación ha tenido lugar el viernes 8 de noviembre a las 12:00 horas en la Facultad de Educación, en el campus de Vegazana de la Universidad de León, y ha contado con la participación de José María González Ochoa, Director de Programas de la Fundación SM, que habló a los alumnos del informe.
La actividad se ha enmarcado dentro de la asignatura de Teorías e Instituciones Contemporáneas de la Educación, de la que es responsable la Dra. Raquel Poy Castro, Profesora Titular de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de León.
La Fundación SM ha publicado el informe en español y portugués. Actualmente se está difundiendo entre todas las facultades españolas donde se forman los educadores y educadoras del futuro. Igualmente se está trasladando a las administraciones implicadas en la educación, entendida como un bien común y un derecho que ha de ser garantizado y protegido.
El informe aboga por que la educación sea concebida como un contrato social en que todas las instancias públicas están implicadas. Ya no se concibe como un derecho desde los 4 a los 16 años, sino como un derecho que se ejerce a lo largo de la vida. “El hecho de que no sea concebido por un tiempo específico supone un cambio muy sustancial”, explicó. Se trata pues de un concepto muy transformador, impuesto por la rapidez de los avances científicos y tecnológicos, que demandan que el proceso de aprendizaje sea continuo e imparable.